En Sanlúcar se suele usar la expresión ¡que choco eres, hij@ ! cuando alguien resulta muy pesado. (Debes de tener en cuenta que el hecho de usar la palabra «hij@» no implica que haya ningún lazo de sangre con la persona a la que va dirigida la frase, jajaja).
Por si no lo sabes y para explicarte que es un choco podría entrar en definiciones como que es un molusco cefalópodo que vive en los mares de aguas cálidas y bla, bla, bla ….Así que en este caso, y para que no te vaya a resultar un «choco» lo que te voy a contar, voy directa al grano.
El choco se puede decir que es el hermano pequeño de la sepia y los huevos no son más que una parte del aparato reproductor de las hembras. Siendo una parte muy apreciada de este y sobre todo si tienes la posibilidad de comprarlos frescos.
Con huevos de choco se pueden preparar infinidad de recetas. Pero la forma más sencilla y que te servirá de base para muchas otras es hacerlos cocidos.
INGREDIENTES:
- Huevos de choco frescos. Si son congelados procede a descongelarlos antes de cocerlos.
- Sal.
- Agua.
ELABORACIÓN:
1.- Enjuagar los huevos de choco.
2.- Colocar en una cazuela, cubrirlos de agua y añadir un puñado de sal.
3.- Cuando el agua empiece a hervir contaremos de cinco a seis minutos. Una vez transcurrido este tiempo retiramos del fuego.
4.- Sacamos de la olla y dejamos enfriar.
El agua de la cocción la guardamos e incluso la podemos congelar una vez se enfríe para usarla como fumet y potenciar el sabor de cualquiera de nuestros platos marineros.
Una vez que los huevos de chocos estén fríos y si no puedes esperar a preparar un rico Salpicón de mariscos, puedes acompañar estos con un poco de mayonesa y una copa de vino Manzanilla D.O. mientras que imaginas que estás sentado en la orilla del mar, frente al Coto de Doñana y sintiendo la caricia de una suave brisa marina.
Que felicidad!!!!